La imagen de la Virgen de Luján que acompañó a los soldados argentinos durante la Guerra de Malvinas, que esta semana fue restituida por el Reino Unido y bendecida en el Vaticano por el papa Francisco, llegó este lunes a Buenos Aires.
La imagen arribó temprano al aeropuerto de Ezeiza, donde es recibida con honores por efectivos de fuerzas armadas y de seguridad y veteranos de guerra; luego será trasladada en caravana hacia la Basílica Nuestra Señora de Luján donde -a las 13- se celebrará una misa de bienvenida, que presidirá el titular del Episcopado, monseñor Oscar Ojea.
«Esta imagen de la virgen ha sido mirada y contemplada por nuestros soldados. Muchos seguramente le pedían que los ayudara en esta vida durante esa guerra, algunos de los cuales hoy que están aquí, y a otros los ayudó en la vida eterna», sostuvo Santiago Olivera, obispo castrense de Argentina.
En tanto, el miércoles a las 20 arribará a la parroquia Inmaculada Concepción de la Medalla Milagrosa, en la diócesis de Quilmes, donde permanecerá hasta la noche del jueves 7, con diversas actividades que concluirán con una misa a las 19.30.
El próximo domingo, a las 17, se celebrará una misa en la Basílica de Luján, tras la cual se dará inicio a una peregrinación de la imagen por otras diócesis del país.
A 37 años de la guerra de las islas Malvinas y frente al papa Francisco, el obispo castrense del Reino Unido, monseñor Paul James Mason, restituyó esta semana a su par argentino, Santiago Olivera, una imagen de la virgen de Luján que acompañó a los soldados durante el conflicto.
La devolución se concretó durante la audiencia pública que se realiza todos los miércoles en la plaza del Vaticano, encabezada por Francisco, quien bendijo la imagen.
En señal de gratitud, el obispo castrense argentino le donó a su par británico otra imagen de la Virgen de Luján, que también fue bendecida por Bergoglio.
La imagen recuperada llegó a las Islas Malvinas una semana después del desembarco de los soldados argentinos en 1982 y, finalizada la guerra, los ingleses se la llevaron y la entronizaron en la sede del obispado castrense británico en homenaje a las víctimas del enfrentamiento.