Mi nombre es Guillermina Morero, tengo 25 años y actualmente me encuentro viviendo mis últimas semanas en Corea del Sur, un país que tuve el privilegio de conocer gracias al Programa de Intercambio de Servicio para las Nuevas Generaciones (NGSE). Esta oportunidad me abrió las puertas a una experiencia que voy a atesorar por siempre en mi corazón. Llegué en un diciembre frío de 2024, porque en efecto elegí un país tan lejano al nuestro que no solamente no compartimos idioma, cultura, tenedor y cuchillo, ¡sino tampoco las mismas
estaciones!. Disfruté de vivir con mi familia anfitriona quienes con muchísima paciencia me aventuraron de a poco en el coreano, en la comida, y en hacerme sentir un poquito más cerca de casa, al punto de convencerme que este viaje que fue planeado por solamente 3 meses, se terminarán convirtiendo en 9 meses. Además de mis “tíos” y “tías” como acá llamo al resto
de los miembros de mi distrito “3722” quienes hicieron todo lo posible para que el idioma no signifique ninguna barrera entre nosotros, sino que no me perdí de nada, algunas veces me
habrán tenido que explicar un par de cositas de nuevo, pero nada de eso detuvo que viva mi experiencia al máximo
Debido a la naturaleza de mi intercambio que justamente está dedicada a jóvenes adultos para realizar prácticas o pasantías, es que yo como Licenciada en Relaciones Internacionales que me encontraba trabajando en Institución Pública en la Provincia de Córdoba, se me dió la oportunidad de realizar unas pasantías en un “Centro Comunitario de Bienestar Social” que ofrece programas sociales y educativos, junto con diferentes servicios, especialmente orientados para personas mayores, jóvenes, personas con discapacidad o familias con bajos ingresos. Fue una experiencia que me permitió conocer más a fondo la cultura coreana y valorar la existencia de espacios públicos que abordan de manera concreta y organizada las necesidades y demandas de la población local.
Finalizada la pasantía, comencé mis estudios de coreano en la Universidad Nacional de Changwon, donde continúo formándome hasta hoy, idioma complicado y sumamente diferente a nuestro español, pero que disfruto mucho de aprender.
Ya restando un mes para volver, quiero agradecer profundamente por haberme permitido vivir esta experiencia que cambió mi vida, no solo a nivel profesional, sino también a nivel personal, me permitió conocerme a mi misma, desafiarme y comprender acerca de mis debilidades, pero también de mis fortalezas.