A cuatro meses y medio del crimen de Fernando Báez Sosa, los análisis de ADN realizados a la ropa de la víctima y las muestras de sangre tomadas de sus uñas apuntan a Matías Benicelli y Blas Cinalli, hoy presos y con prisión preventiva.
“Es un indicio más de la responsabilidad de estas personas. Es indubitable. No depende de la interpretación de nadie. No es un testigo que está diciendo cómo sucedieron los hechos. Marca la presencia de estas personas en un rol activo en el hecho porque tienen la sangre de la víctima”, señaló el abogado Fabián Améndola, que representa a la familia del joven asesinado.
Los peritajes, que habían sido solicitados por la fiscal Verónica Zamboni y fueron realizados en los laboratorios del Ministerio Público en Junín, arrojaron datos relevantes para la investigación.
A una camisa de Matías Benicelli (20) se le encontró sangre de Fernando mezclada con la del mismo Benicelli. Por otra parte, un hisopado a la uña del dedo meñique de la mano izquierda de la víctima reveló rastros genéticos de Blas Cinalli (18).
“Cinalli y Benicelli están más comprometidos que los demás imputados”, remarcó Améndola, ya que “de todas las uñas peritadas solo se encontró sangre de Cinalli, lo que marca que estuvo en contacto con Fernando en el momento de la agresión”.
Al ser entrevistado en el canal TN, el abogado no descartó que de esta misma pericia surjan otros elementos de valor que permitan avanzar en el grado de responsabilidad de los otros rugbiers.
“Puede que haya más implicaciones. Si bien aún no tenemos identificadas a quiénes pertenecen algunas de las prendas secuestradas como un jean, una camisa floreada y una camisa negra, hay rastros genéticos de la víctima en varias partes de ellas”, explicó Améndola.
Ahora, se espera el resultado de la pericia de scopometría a la zapatilla atribuida a Máximo Thomsen (20), encontrada por la Policía Bonaerense en la mañana posterior al 18 de enero de este año. Por la forma en que murió el joven, el calzado que llevaban aquella noche se transformó en un elemento clave en la pesquisa.
La pericia scopométrica comparará el dibujo de las suelas con la huella encontrada en el rostro de Báez Sosa, quien fue asesinado por una patota a la salida de un boliche de Villa Gesell este verano.
También se encuentran pendientes los peritajes psicológicos y psiquiátricos solicitados por el juez de la causa, David Mancinelli, para los ocho rugbiers que están detenidos, aunque recién se llevarían a cabo cuando se decrete el final de la cuarentena, o al menos cuando disminuya el riesgo de la situación epidemiológica, para evitar desplazamientos de los imputados fuera del penal en el que están alojados.
Los peritajes psicológicos y psiquiátricos estaban programados entre el 13 y el 24 de abril en la Asesoría Pericial de La Plata, pero debido al aislamiento social, preventivo y obligatorio, se pospuso por tiempo indeterminado. Dichas medidas habían sido solicitadas por el juez de la causa, a partir del pedido de arresto domiciliario por parte de la defensa de los rugbiers. Su resultado es aguardado por la fiscal para incorporarlo al expediente antes de requerir la elevación a juicio.
A cuatro meses y medio del crimen, los ocho jóvenes acusados por el “homicidio agravado por alevosía” de Fernando Báez Sosa se encuentran detenidos en la Alcaidía N°3 de Melchor Romero, en La Plata. Ellos son Thomsen, Benicelli y Cinalli, Ciro Pertosi (19), Luciano Pertossi (18), Lucas Pertossi, (21), Enzo Comelli (20), y Ayrton Viollaz (20). Por otra parte, Juan Pedro Guarino (19) y Alejo Milanesi (19) se encuentran imputados, ambos en calidad de “partícipe necesario”, pero fueron excarcelados meses atrás.