Miles de ceresinos, todas las edades, con banderas, bombos, redoblantes, en motos, automoviles, camiones, bicicletas o de a pie, a las corridas, el centro de la ciudad congestionó con los hinchas de la selección.
No faltaron los niños, la «10» de Messi, la «9» de Julian, y hasta fotos con los idolos de otros tiempos de viejas selecciones como el Diego. Fue una tarde de celebración, sin grietas, sin problemas, se desahogó el ceresino, habia sufrido demasiado en una final infartante.
Fue la tarde ideal, porque miles de quienes celebraron este domingo, no habia visto nunca campeón a nuestra selección. Los mayorcitos de 50 seguro recordaron aquella final ante Alemania y la lluviosa tarde de celebraciones por la copa en Mexico.
Esos estaban tambien, pero las nuevas generaciones lo disfrutaron más que nadie, y los festejos se trasladaron del centro a las casas particulares, las plazas y casas quintas. No habia que parar de celebrar, Argentina es campeona del mundo, y en Ceres eso no pasó desapercibido.