Lo expresan en documentos, como el rubricado el sabado, y lo expresan en círculos íntimos de gabinete. Hace 50 dias que Ceres entró en «cincuentena», primero cerró sus fronteras de manera total, había sospechas de que podríamos tener varios casos de infectados, pero a los pocos dias el gobierno nacional decidió «lo mismo» y el blindaje se extendió a todo el pais. No solo Ceres estaba confinado, sino todas sus localidades vecinas, y el mapa se redujo a nada.
Los primeros 15 días se sumaron a los primeros días del confinamiento nacional, y todos comprendieron que el azote del coronavirus estaba enfrente de la casa. Se resguardó a la población y el acatamiento fue total. Hasta que no se conoció el resultado final de aquellos 20 sospechosos, que fueron todos negativos, Ceres vivió un momento tenso y de incertidumbre. Costaba encontrar gente deambulando, y los pocos que lo hacian, lo hacian para cumplir con su tarea laboral, o mostrar sus habituales dotes de «rebeldía».
A partir de aquel sabado, donde los casos dieron negativo, Ceres comenzó a leer otras noticias, y a sentir otro impacto. El económico. El de mantener cerrado el ingreso de todos los días, el de no poder pagar una boleta sin hacer largas colas, y el del encierro total y sus consecuencias.
La vara impuesta por el gobierno nacional, con anuencia de la provincia, permitió ir abriendo distintos sectores de la economía local, pero esas decisiones, seguían viéndose escasas. Cuando Alberto Fernandez anunció la extensión de la cuarentena hasta el 10 de mayo, en Ceres ya el circulo comercial empezaba a mostrarse inquieto, y a exigir otras medidas, teniendo en cuenta que Ceres no habia reportado casos positivos, más allá de los 16 casos sospechosos que fueron negativos. Pero no solo la ciudad de Ceres, que cumple un aislamiento de acatamiento medio, sino que en la provincia los números de contagios empezaron a romper la ecuación de «si no hay coronavirus, porque mantener tan estrictos los cierres del comercio minorista o de otras actividades más individuales».
Ceres, y la presión del sector económico, empezaron una relación de uniones y desencuentros. La Intendente volcó esas inquietudes en distintas reuniones, para alivianar la presión. Cuestiones que quedaron atadas a la cuarentena nacional y provincial. Pero ese equilibrio de los primeros 30 dias empezó a deslucirse. Las presiones empezaron a ser otras, y mantener el equilibro cada vez es más dificil.
La sociedad más preocupada por el coronavirus, apoya la decisión de mantener mas tiempo el confinamiento, hasta se siente cómoda dentro de las viviendas, pero hay un sector que ejerce el rol de mantener la economía sana, y se ve en el precipicio, sin ayudas por parte de los estados, y ven la debacle en la puerta de la esquina.
Ya se ha notado, en esta última semana, que mantener en sus casas a los trabajadores y micro empresarios es cada vez más dificil. Las medidas de extender los horarios comerciales responden a esa presión. Se combinan dos factores atendibles, 50 días sin casos positivos, y una economía arrasada. Estas condiciones, imponen tener que rever determinaciones pasadas, cuando todo parecia cerrarse solo al temor del coronavirus.
Que Ceres pueda mantener sus comercios todos vendiendo on line, y a puertas cerradas será un verdadero desafío después de estos 50 días. Ya se siente desbordado por la situación. Lo mismo le sucede a los Intendentes de las otras ciudades donde no se han registrado casos. Empiezan a notar que las sociedades se dividen entre la salud y lo económico, y mantener el equilibrio es cada vez más complicado.
En los últimos días llegó a manos de muchos empresarios pymes y comerciantes una nota de «rebelión» y que el 10 de mayo todos abran las puertas sin temores y con las medidas preventivas a la orden del día. Esto, más allá que pueda tener o no un basamento legal, presiona a los mandatarios. Hay comparaciones entre rubros, y eso también enfrenta a los distintos sectores de la economía.
Es el hora a hora, confiesan en los municipios. Si se permite abrir otros rubros, tal vez se mantenga a un sector de la población con posibilidades de imponerles un control. En la gestión local, se sabe que el panorama pinta «oscuro». Incluso el poder salir un rato y usar un tiempo de esparcimiento, viene contrariado. Hay sectores que no quieren que se implemente porque deducen que será un descontrol. Otros sectores lo exigen.
Lo que está claro que en 50 días de confinamiento, la salud que es lo primero, se ha resguardado y Ceres no tiene casos. Eso pone en la balanza al sector económico, que con el mismo dato, sostiene que todos aprendieron la lección y hay que encender los motores antes de que se funda todo.
El coronavirus, no se fue, no se irá, y deberá ser un factor que imponga nuevas condiciones. De eso nadie duda. Los casos positivos, es probable que lleguen y que todos debamos rehacer el confinamiento, y retroceder algunos pasos.
A esta altura, mantener el equilibrio, más aun cuando todo es hora a hora, día a dia, es todo un desafío.

Martin Farias