Alrededor de las 23 del sábado, el líder de la barrabrava de Rosario Central, Andrés Bracamonte, fue asesinado a balazos desde una moto que abrió fuego hacia el interior de una camioneta en la que se desplazaba en los alrededores del estadio del canalla, luego del partido que el equipo rosarino perdió contra San Lorenzo por 1 a 0. El crimen convocó a decenas de personas en el lugar y diferentes testigos captaron con sus teléfonos desde los momentos siguientes a su muerte, hasta el traslado al hospital.
El histórico referente de la barra canalla ya había sido víctima de diversos intentos de asesinato y el año pasado había conseguido la libertad condicional, aunque permanecía con severas restricciones para ingresar a los partidos de Rosario Central.
El ataque a Bracamonte sucedió en la intersección de las calles bulevar Avellaneda e Ibarlucea, a pocos metros del Gigante de Arroyito, y en medio de la retirada de las hinchadas, después del partido.
Según refleja uno de los videos que enseguida se viralizaron en redes sociales, Bracamonte murió sentado en el asiento delantero de una camioneta blanca marca Chevrolet. En las imágenes se puede observar al barra con una remera blanca y las heridas en su cuerpo, producto de los disparos.
Tras el ataque, algunos hinchas que estaban vestidos con ropa deportiva se encargaron de trasladar de urgencia a Bracamonte al Hospital Centenario, donde el líder de la barra llegó sin vida. El material audiovisual que circuló en el mundo virtual da cuenta de las condiciones en las que fue ingresado al centro de salud: por una de las puertas de emergencia de la institución y cargado en brazos por un grupo de personas, a quienes el personal médico le daba indicaciones respecto hacia donde dirigirse.
Frente a las dimensiones que alcanzó el episodio y a la cantidad de personas que se acercaron hasta el centro de salud, el Ministerio de Seguridad provincial reforzó la guardia policial en el establecimiento, en particular, por una serie de “desbordes” protagonizados por familiares de los fallecidos.
En la causa interviene el fiscal Alejandro Ferlazzo, titular de la Unidad de Homicidios Dolosos. Desde allí, solicitaron “el relevamiento de las cámaras de seguridad públicas y privadas de la zona, así como la toma de declaraciones a eventuales testigos, ya que se trata de una zona altamente concurrida, el levantamiento de rastros y la autopsia de ambos cuerpos”.
Con información de La Nación