La imagen del Presidente de la Nación se agiganta. El 10 de diciembre asumió su primera presidencia en el pais, y pocos meses después, tras empezar a pelear contra una economía desesperante, y un paro del campo en el medio, apareció el coronavirus.
La pandemia, una de las pocas que parilizó el mundo desde que la humanidad tiene memoria, le tocó pilotear la tormenta.
Lo primero que hizo en medio de la tormenta, fue consultar a los lideres de la oposición. No lo hizo solo como «careteo» lo hizo con la convicción de que todas las opiniones «eran válidas» en momentos donde nadie tiene respuestas coherentes con relación a esta enfermedad, de la que tampoco nadie, sabe cuando terminara su paso desolador.
Alberto Fernandez maniobra la situación por terreno fértil en lo político, porque así debemos medirlo a estas alturas.
En la conferencia de prensa brindada anoche, se lo mostró optimista, dio cátedra de profesor universitario con el power point, y las cifras del rating televisivo se dispararon a números inusitados.
Tal vez una porción del pueblo argentino que no lo votó en octubre, lo vea con otros ojos. Incluso no lo mancilló la polémica por los sobreprecios de los alimentos ocurridos hace pocos dias con miembros del gobierno. Fernandez los sacó rápidamente del cargo, no esperó el discurso de «que vayan a la justicia», y borró rápidamente los males del Kirchnerismo y le quitó guión a los opositores más acérrimos.
Habrá tiempo, cuando esto termine, de medirlo en otras acciones, pero ahora nos aqueja el presente desolador, con una enfermedad devastadora.
En medio de la pandemia, Alberto Fernandez se erige como un verdadero capitán del barco. Todavía algunos lo miran con recelo, entre los argentinos hay un «antiperonismo» que no puede tolerar los aciertos de alguien que tenga esa «extracción». Y es lógico, eso no cambiará nunca. Pero se compensa con una porción de independientes, de gente que esta despolitizada y que ve en el presidente un verdadero lider. Eso no esta mal. El Coronavirus ha puesto a prueba a los lideres de todas las naciones, pobres y ricas, Fernandez está al frente de nuestra nación, y la mayoría lo acepta y lo idolatra como capitán, se nota ante cada intervención suya en los medios de comunicación, y cuando se dirige a los argentinos explotan las redes sociales, pasó anoche, todos colgaron su foto, y su manifestación de tranquilidad, en un momento donde no hay espacios para «chistes».
Martin Farias