En el cuarto trimestre de 2019, la pobreza golpeó al 37,9% de la población urbana, de acuerdo a la EPH (Encuesta Permanente de Hogares) del INDEC. La pandemia y la cuarentena encontraron a la Argentina con casi 16 millones de pobres.
¿Cuántos más pobres se sumaron en lo que va del año? Los pronósticos – que ya orillan el 50% – adolecen de un gran inconveniente porque, según los especialistas, la pandemia tiene todavía un largo recorrido y la cuarentena, aunque más aliviada, deberá mantenerse afectando la actividad y los ingresos de la población y de las familias.
Por los acuerdos alcanzados bajo el “paraguas” de la CGT y la Unión Industrial y del propio Gobierno que lo propició y que adelantó que esos acuerdos serán homologados inmediatamente, las suspensiones con reducción de los salarios ya afectan a más de un millón de trabajadores, entre metalúrgicos, empleados de comercio, petroleros, textiles, sin contar otros gremios que se estarían por sumar, como hotelería y gastronómicos.
Esa reducción salarial está siendo acompañada directamente por el no pago de los salarios de abril, en especial entre las pequeñas empresas, o con atrasos o pagos desdoblados – en 2 o 3 cuotas.
Si éste es el panorama salarial de los asalariados registrados, entre los no registrados el no pago o la reducción salarial es mayor. También hay que sumar a los cuentapropistas que, por la cuarentena, se quedaron sin o casi sin ingresos por la imposibilidad de trabajar, por lo que se descuenta que habrá un fuerte salto en los niveles de pobreza, a pesar de las ayudas extraordinarias que se otorgaron a jubilados, AUH y sectores vulnerables.
Un dato que mide los niveles de pobreza, precariedad e informalidad es que finalmente, casi 9 millones de personas o familias accedieron al bono de los $ 10.000, que, entre otros requisitos, estaba dirigido a los “hogares vulnerables” en términos de ingresos y patrimonio. El cálculo inicial del Gobierno fue de 3.600.000 familias.
Se descuenta que habrá un fuerte salto en los niveles de pobreza, a pesar de las ayudas extraordinarias que se otorgaron a jubilados, AUH y sectores vulnerables
Un Informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso Nacional (OPC) señala que “el sector informal de la economía será el más expuesto a la pérdida de empleo y caída sustancial de ingresos. En él, el servicio doméstico (sector que genera similar cantidad de puestos de trabajo a la construcción) ocupa un lugar preponderante, puesto que representa 25% de los puestos de trabajos no registrados de la economía. La caída en la actividad de este sector, producto de las medidas de distanciamiento social, afecta de manera directa a las mujeres, que representan el 97% de las personas ocupadas en casas particulares”.
De acuerdo a los datos del INDEC, a marzo, el costo de la canasta de pobreza fue de $ 41.994 para una familia tipo (matrimonio y 2 hijos), sin considerar el alquiler en el caso de los que no son propietarios.
Si más del 90% de los ocupados informales tiene ingresos por debajo de esa “línea de pobreza”, entre los asalariados formales ronda el 50%. En consecuencia, automáticamente están cayendo en la pobreza, los Jefes del Hogar, los que están suspendidos con una reducción del 25% o más de sus sueldos, o no están percibiendo el sueldo completo o no tienen ingresos por la imposibilidad de salir a trabajar.
En los últimos años, los valores de la canasta básica de alimentos, que determina la indigencia, y la canasta total, que mide la pobreza, y la inflación promedio, fueron aumentando por encima de los aumentos salariales. De ese modo, la distancia entre el salario y la línea de pobreza se fue achicando. Y por esa razón tener trabajo, no ya informal sino formal, no evitó caer en la pobreza. Ahora, con la reducción salarial o la carencia de ingresos, más familias de trabajadores formales se están sumando al contingente de nuevos pobres.
Ismael Bermudez