El 14 de marzo de 2020 se confirmaba el primer caso positivo de coronavirus en la provincia. Se trataba de un rosarino que tenía antecedente de viaje a Inglaterra. La pandemia de Covid-19, un virus del que poco y nada se sabía hasta entonces, había llegado de manera oficial a la provincia.
En una entrevista con un medio provincial, la ministra de Salud de la provincia, Sonia Martorano, hizo un repaso de lo que sucedió a partir de entonces y brinda algunos parámetros de lo que se vendrá. Destacó la cuarentena y el uso del barbijo, los esfuerzos que se hicieron para adaptar el sistema de salud y las gestiones para que todos los santafesinos puedan ser atendidos.
Pero también marcó diferencias sobre cómo se enfrentará la segunda ola, habló de las dificultades para conseguir vacunas, la estrategia de vacunación, las elecciones y el posible final de la pandemia.
«Se cumple un año de un cambio de paradigma en la vida de los santafesinos, de la Argentina y del mundo entero», dijo la ministra al recordar el primer caso en la provincia.
«Se produjo la irrupción en nuestra vida de un virus que nos hizo visibilizar una palabra que, tal vez, no entendíamos qué era: globalización. Esto tiene que ver con algo tan lejano que pasó en un lugar como Wuhan (China), con alguien que se enfermó y que tuvo una repercusión enorme en todo el mundo, en nuestra provincia y en nuestras personas. A partir de ahí fuimos interpelados medularmente por una pandemia que nos atravesó en lo social, lo político, en lo científico y en nuestros valores. Hubo que decidir desde la ética y la moral cuáles eran nuestros valores».
Martorano reconoce que «desde Salud decide priorizar la vida de las personas» pero que también se tiene que tener en cuenta «la calidad de vida y eso también tiene que ver con la economía y la producción».
También recordó que hace un año la provincia tuvo que «empezar a construir un sistema de salud, que ya estaba construido, pero que no estaba preparado ni acá ni en el mundo, esto está lejos de ser una crítica (a los gobiernos anteriores), para enfrentar una pandemia que es un fenómeno mundial que se da cada 100 años».
Martorano dijo que «por suerte» la pandemia llegó al país después de ver lo que ocurrió en Europa y en Estados Unidos. «Pudimos reaccionar a tiempo y comenzamos con la famosa cuarentena. Para mí fue la mejor decisión que se tomó», definió la ministra y agregó: «Eso nos permitió a los equipos de salud prepararnos para esto. Nos permitió preparar el sistema, cuadruplicar el número de camas críticas y en algunos lugares hasta siete veces más porque las camas con respirador, con monitor no eran suficientes para afrontar una enfermedad que tenía consecuencias pulmonares tremendas y que hacía que nuestros mayores necesitaran una asistencia respiratoria muy especial».
Durante ese tiempo también se trabajó en simulación con los colegios de médicos para preparar a los profesionales para saber cómo manejar un respirador en una situación especial. «Algo debemos haber hecho bien porque nuestra letalidad es baja, es del 1,8 por ciento, mientras que en el país y en el mundo es mayor», dijo y recordó las dificultades para hacer las compras de insumos cuando escaseaban porque las habían comprado Europa y Estados Unidos.
Para ponerle una fecha, la ministra señala el 20 de octubre como el momento más complicado de la pandemia. La provincia reportaba 3.000 casos y tenía el 98 por ciento de las camas ocupadas.
«No tuvimos un solo santafesino que se tuviera que trasladar de su ciudad para ser atendido. Todos tuvieron su cama y su respirador. Teníamos protocolos para seleccionar pacientes y nunca tuvimos que hacerlo. Todos se atendieron en tiempo y forma. Estamos orgullosos de eso y de nuestra gente que le puso el alma», aseguró.
Respecto al análisis de la curva de casos, Martorano aseguró que ayudó mucho que la gente se cuidara y destacó la decisión del gobierno provincial de cerrar las fronteras mucho antes que el resto del país. «Fue un acierto decir que todos los que vinieran a Santa Fe, desde el lugar que sea, tenían que hacer la cuarentena. Nos criticaron en su momento, pero fue un golazo porque impedimos que muchos casos se transmitieran. Eso fue lo que retrasó la llegada de la ola y el pico. También fuimos pioneros en la implementación del barbijo obligatorio. Nos criticaron, pero el tiempo demostró que teníamos razón, de hecho lo vamos a tener que usar todo el año», dijo Martorano que aseguró que ahora se está «en una tensa calma».
Hace un año la pandemia era algo desconocido, que generaba mucho miedo en la gente y eso hizo que la población se cuidara mucho. Hoy ese escenario parece difícil de que se vuelva a repetir y se observa una mayor relajación social.
—Ministra, ¿cuál es el mayor peligro ante la llegada de una segunda ola?
—Cuando empezamos a prepararnos para la pandemia trabajamos en un plan nacional que tenía una predicción de 250.000 casos a nivel país y 20.000 casos en la provincia de Santa Fe. Hoy tenemos más de 220.000 casos sólo en Santa Fe. Por eso podemos decir que el santafesino colaboró, fue muy solidario, usó el barbijo, mantuvo la distancia, no salió cuando se lo pedimos, hubo reuniones clandestinas pero fueron la excepción y no la regla. A un año es difícil repetir eso. Nuestros niños perdieron mucho, perdieron lo lúdico, la sociabilización, la etapa educativa de la presencialidad; nuestros ancianos perdieron la visita de sus hijos y nietos.
—¿Las nuevas cepas del Covid son lo más peligroso de la segunda ola?
—Cuanto más socializamos, más aumentamos la transmisión y más probabilidades de mutación tenemos. El virus se defiende y cambia para sobrevivir. Por eso hay que mantener la distancia y evitar la transmisión para que no haya mutación. El consejo que doy es que no es momento de viajar al exterior. El año que viene vamos a poder hacerlo. Hoy no se debe viajar.
—Por lo que usted dice, si bien no se va a terminar la pandemia en 2022, el año que viene la pandemia va a ser mucho más manejable?
—El año que viene va a entrar en una etapa de acomodamiento, pero el virus va a circular uno o dos años más. No va a ser tan grave, pero el virus va a seguir circulando. Tal vez haya algún cambio de vida, los barbijos van a ser parte de nuestra vida este año.
—El año que viene se van a tener que vacunar todas las personas que ya se vacunaron?
—Seguramente. No sabemos mucho. Estamos estudiando cuánto duran los anticuerpos, yo estoy en uno de los grupos que se está midiendo para ver cuánto duran. El tema es que el planeta entero necesita vacunas. El mundo entero tiene que aprender una palabra, que es solidaridad. Hay países como Canadá, que tienen el 60 por ciento de las vacunas. Ellos piensan que cuidándose se van a cuidar, si una sola persona en Wuhan nos contagió a todos. Si África no se vacuna, esto no termina. Cada uno tendrá que vacunar a su país, pero todos tendremos que aprender a ser solidarios y a ayudar para que quienes no consiguen la vacuna, la tengan. Si no esto no termina. Hay un país que compró siete vacunas por persona y nosotros tenemos una vacuna cada 14 personas. Así no nos vamos a salvar porque nadie se salva solo.
Con información de Uno Santa Fe.