Alejandra Dupouy ya acomodó su brújula y trazó os primeros lineamientos de su gestión a partir del 10 de diciembre. Dupouy está preocupada por una cuestión que se ha convertido en una utopía para todos, «la basura». Ceres origina diariamente toneladas de basura. Pero no sabe como tratarla y sigue usando metodos de otros tiempos, arcaícos para sacarla medianamente de la ciudad.
El basural a cielo abierto con el que cuenta Ceres es el segundo más importante en el departamento, solo es superado por el de San Cristobal. A pesar de miles de esfuerzos por tratar la «basura» todo quedó en la nada. Pero no solo el «gran basural» es un problema, lo son los 34 microbasurales que los propios vecinos, sin tener en cuenta a lo que se enfrentan, han abierto indiscriminadamente.
Un estudio preciso que le acercaron a la Intendente electa, totalmente diseñado por la Licenciada Daniela Bruno y Dianella Bertorello, acusa que en Ceres, «se han encontrado 34 microbasurales en distintos puntos del égido urbano». Los hay en calles, terrenos baldíos, y en sectores alojados cerca de canales de desague. Los hay por todos lados. La falta de cultura en los vecinos para deshacerse de los residuos, y la falta de campañas concretas originaron esto.
Pelear contra esta grave falta de los vecinos no será tarea fácil, es difícil desacostumbrar a la gente que por años hizo lo que quiso.
Ese es un desafío. Las licenciadas en gestión ambiental, que trabajaran en el gabinete de secretarios y directores, ya están trabajando en la cuestión tras el diagnostico.
El gran basural, que tiene todo, menos orden. Es otro gran tema. Las toneladas de basura jamas se tratan. Una cooperativa simulada sobre trabaja sobre el cartón, pero con el resto, «no se hace absolutamente nada». La basura se apila, y firma muros de muchos metros, que quedan estancadas y son el foco de propagación de miles de enfermedades atadas a la permanente residencia de ratones y otras alimañas. La acumulación de tantas toneladas de basura originan las largas horas de humareda altamente contaminante, que acarrea a la larga problemas en la salud respiratoria de todos los ceresinos. Lo preocupante es que en el basural, muchas personas, lo usan para caminar en busqueda de cosas de valor. «Ese es un problema que debemos atender urgente» señaló hace pocos días la Intendente Dupouy.
Mientras tanto, se hace poco. No hay cosas que permitan avizorar que el «basural» sea de fácil solución. El consorcio Girsu por ahora es solo una «buna idea y quedó en eso, en intenciones». Los ceresinos y sus dirigentes saben que la basura tal como se trata hoy es «un camino a la enfermedad grave» sin escalas.
Hay que atacar de manera urgente, precisa y sostenida una campaña que permita «ordenar el basural», tratar la basura con la incorporación de medidas de seguridad, clarificar la situación de la gente que vive del basural, y empezar desde el día cero con la erradicación de los microbasurales, con fuertes sanciones para todo aquel vecino que use esa metodología pra desprenderse de su propia basura.
El diagnostico está, a la vista, se esperan que las soluciones no solo sean paliativas, sino de concreción a corto, mediano y largo plazo.